Pausar la velocidad
Cubo blanco, 2023


Desde una perspectiva científica, es correcto afirmar que existe una multiplicidad infinita de tiempos. Por ejemplo, si utilizáramos relojes de alta precisión podríamos constatar que el tiempo corre más deprisa en las montañas que al nivel del mar pues, mientras más cercanos estén del centro de la Tierra, todos los procesos acontecen de forma más lenta. Esto se debe a que una masa –como nuestro planeta– ralentiza el tiempo a su alrededor. Aunque los relojes hipotéticos marcaran un tiempo distinto, ninguno sería más real, verdadero ni preciso que el otro. Desde el siglo XIV, con la invención del reloj mecánico en Europa, se ha intentado regular la vida de las personas marcando el ritmo al que deben suceder sus actividades: las iglesias –ubicadas en los centros de los pueblos o ciudades– colocaban relojes en sus torres y ordenaban así la rutina diaria de una comunidad.


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