Más opacidad

MUCA Roma, Ciudad de México, 2018



Dentro del contexto actual, la opacidad se considera un defecto existente dentro de distintas formas organizacionales –ya sea corporativas, gubernamentales u otras– que posibilita males como la corrupción, el tráfico de influencias y manejos poco claros de recursos de toda índole. Por el contrario, hablar de opacidad en el campo del arte apela a la capacidad del mismo para construirse a partir de pensamientos no sistemáticos, formas intuitivas de acercarse al mundo y sus fenómenos, al igual que a los imprevistos de los mismos.

Esta exposición no sólo recurre a la opacidad como estrategia operativa sino que la exige: si el derecho a la opacidad es un reclamo en sí, más opacidad es una exigencia por prácticas de resistencia y autorreflexión que escapen a la codificación imperante de los lenguajes artísticos. El reconocimiento veloz y casi inmediato de forma y contenido delata, en la mayoría de los casos, la homogeneización y asimilación de tendencias dentro de la producción de arte. En el contexto de una exposición de titulación, demandar opacidad implica, necesariamente, desaprender. Más que una exploración temática, aquí, la opacidad se concibe como una condición permanente pero móvil que resiste establecerse, fijarse, replicar lo aprendido o lo heredado, asimilarse, volverse norma, canon. Un pensamiento opaco obliga a permanecer al margen para evitar volverse descifrable. En la opacidad no se pierde el camuflaje.

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