Ciudad de México
2013
Artistas:
Ariella Azoulay
Eusebio Bañuelos
Diego Berruecos
Guillaume Désanges
galería perdida
Thomas Hirschhorn
Leo Marz
Prensa:
Letras Libres
TODA LA MEMORIA DEL MUNDO
La revolución digital ha traído consigo cambios radicales en la manera de aproximarnos y relacionarnos con lo que nos rodea. El constante flujo de información generado ha modificado a tal grado la experiencia de la realidad que lo digital se impone no sólo como una tecnología sino como un fenómeno sociocultural que determina la condición actual del mundo. La superposición del espacio real y el virtual ha dado pie a un cambio de paradigma del cual la producción cultural no queda exenta.
Ante la abundante cantidad de información potenciada y propiciada por la red, el consumo, el acceso, la divulgación y el control de la información han tomado el primer plano. La originalidad, uno de los valores más preciados de la modernidad, ha devenido obsoleta en el nuevo horizonte cultural. Inspirada en cierto grado en el concepto de “el genio no original”, formulado por Marjorie Perloff, que refiere a un creador cuyo trabajo no se enfoca en producir sino dar sentido a lo ya existente, la presente exposición reúne una serie de obras cuyo gesto común es seleccionar.
Este giro en la producción artística –seleccionar en lugar de crear– ha provocado que la frontera que diferencia el trabajo de artistas, curadores e investigadores se vuelva borrosa dado que, frente a la sobreabundancia de información, su consumo y fácil reproducción dentro del mundo digital, utilizan metodologías de trabajo e investigación muy similares entre sí. No obstante, aunque la propia idea de seleccionar refiera a un mundo donde la información circula libremente, ¿qué sucede cuando aquello que se desea seleccionar está ausente?
Ante esta problemática, los autores aquí convocados han desplegado formas de investigación cada vez más complejas y que luchan quizá contra lo que el filósofo francés Jacques Derrida identificó como la pulsión de muerte del archivo, esto es, la tendencia de autodestrucción de lo archivado. La exposición toma su nombre del ensayo visual realizado en 1956 por el cineasta francés Alain Resnais, el cual sigue el proceso al que se sometía un material impreso al entrar a la Biblioteca Nacional de Francia. De manera sintomática, su guión e imágenes enfatizan la producción y almacenamiento excesivos de lo que probablemente estará condenado al olvido.